De acuerdo al número de experiencias que vivamos en la vida llegarán nuevas amistades, nuevos aprendizajes, lugares por conocer y momentos que disfrutar. Con esto quiero decir que mientras más oportunidades nos damos de experimentar el mundo, más capaces seremos de seguir creciendo.
Muchas personas afirman que es suficiente tener pocos buenos amigos, que los amigos se cuentan con los dedos de una mano, que aquellos de la infancia son los mejores o que con el pequeño grupo de personas con las que se convive siempre es mejor, yo no opino lo mismo, quizá sea porque en base a mi poca experiencia me he dado cuenta de lo siguiente
Los amigos de la infancia son aquellos con quien uno crece y que conocen la persona que éramos a esa edad, ciertamente puede que el temperamento no haya cambiado o que físicamente seamos «parecidos» a aquel ser joven, delgado y jovial, sin embargo seguramente ese niño (a) ha cambiado y aquellos amigos pueden no ser los compañeros de tu viaje actual.
Desde que salí de la Universidad, he trabajado en 12 lugares diferentes (por diversas razones, algunas positivas otras no tanto) y asistido a 5 instituciones educativas (por aquello de mantenerse actualizado y pa no aburrirme) en fin, esto me ha dado algo que para mi es invaluable: frescura!.
Frescura es aquello que te mantiene sano, es como el agua para las plantas o una sombra en un día soleado. Ciertamente pasar el tiempo con amigos de toda la vida te da un espacio seguro, tranquilo y divertido pero retarte a conocer gente nueva, construir nuevas pasiones y compartir nuevas metas me ha dado la oportunidad de crecer y ser aceptada por aquellos nuevos seres por razones diferentes, por razones frescas.
Los buenos amigos se encuentran no en un tiempo o lugar determinado ni a una cierta edad, mi percepción es que están presentes en el momento adecuado: aquellas personas que se convierten en tu familia mientras vives lejos de casa, que comparten una meta en común y luchan junto a ti por alcanzarla, aquellos de los que siempre escucharás una palabra de aliento y te dirán que te equivocaste cuando así lo crean, los que no te juzgan pero te entienden y aunque puedan no compartir tu decisión te dicen la suya y siguen queriéndote, aquellos que están llenos de energía para comenzar nuevas aventuras pero son capaces de emocionarse con las tuyas, aquellos que cuando platicas con ellos parece que los dejaste de ver ayer. De estos he encontrado muchos en el camino y porque sigo caminando, sigo encontrando.
Ahora tengo amigos a quienes nos gusta bailar salsa, otros de diferentes edades y gustos a los que nos apasiona la moda y la imagen, nuestro amado grupo nerd donde compartimos estudios sociológicos y de comunicación, otros con quien me quiebro la cabeza platicando de cosas de psicología o tomamos café mientras discutimos de espiritualidad y un nuevo grupo orgullosamente mexicano que comparte recetas y tips para cocinar nuestra comida en el extranjero. Cada uno le da a mi vida una especie diferente, algunos más picantes, otros más amargos pero cada uno tan importante al otro.
No dejes de caminar por miedo a caerte o perder a quienes te rodean, camina y entenderás que lo importante no es el destino pero el caminar…